Derecho

Han transcurrido milenios y siglos de lucha contra el crimen de la humanidad y es la hora en que el criminólogo se asombra de este gran enigma, como acaba de hacerlo el célebre profesor italiano Ferrando Mantovani, quien se inclina ante el inagotable misterio de la criminalidad, porque, según él, la raíz última del delito queda siempre sumergida en el ministerio del origen del hombre. Ciertamente, para fundar una moderna ciencia del crimen es indispensable describir los orígenes de la humanidad partiendo de los actuales adelantos de las ciencias para entender en qué momento y por qué razones aparece el crimen en el cuerpo social. Mauro Torres, en Compulsión y crimen, registra exactamente ese momento en los antiguos escritos de la civilización Sumeria, cuando aparecieron los comportamientos criminosos extraños y los primeros códigos penales para tipificarlos y combatirlos. Las causas de los crímenes las encuentra en el poder muta génico débil del alcohol, específicamente en la sustancia química etanol espíritu de las bebidas alcohólicas que, al alterar la información genética de los individuos, genera insospechadas modificaciones en el cerebro que dan lugar al gran sistema de las compulsiones adictivas-conductas desadaptadas que quien las padece no puede controlarlas: entre ellas, se encuentra el misterioso fenómeno del crimen.