Arquitectura

En contextos de crisis, retornar a lo pequeño no sólo es una necesidad, sino un modo de explorar nuevas posibilidades para la disciplina. Así lo señalan Emilio Tuñón y Santiago de Molina, cuyos artículos comentan el panorama de la joven arquitectura española a través de doce construcciones pequeñas. Mientras que el apartamento por Izaskun Chinchilla, la reforma de un ático por Elii -ambos en Madrid- y los 40 módulos de descanso en Barcelona, de Arquitectura G, indagan las escalas del interior doméstico, otros proyectos, como la cantina en la Cidade da Cultura por Estudio Nómada o la carnicería en Gerona de Pau Sarquella son como edificios dentro de edificios. La reforma de una vivienda en Baiona por Carrascal y Blas, la sede de la Fundación Rubido Romero por Abalo Alonso en La Coruña y el convento en Segovia por Alberto Ballarín trabajan sobre edificios históricos, mientras que el pabellón en Santander de Jacobo García-Germán coloniza el exterior, y la ermita en El Hierro de Alejandro Beautell equilibra volumen y espacio interior. Por su parte, la pista de Guzmán de Yarza en Zaragoza y el yacimiento de Can Tacó en Barcelona por Toni Gironés trabajan lo pequeño en clave urbana y paisajística. Finalmente, las intervenciones en el barrio madrileño de Tetuán consideran la pequeña escala.