Incluye bibliografía

Primera parte. Bases teóricas para una efectiva descarcelación. Segunda parte. Desarrollo del programa. Para ir concluyendo. La descarcelación es posible (además de imprescindible). Epílogo El caso italiano a partir de una sentencia piloto. Anexo 1. Organizaciones sociales citadas. Anexo 2. Instituciones públicas citadas. Anexo 3. Centros universitarios y corporaciones profesionales citadas.

Derecho

Descarcelación” formula un programa ambicioso: el de una progresiva y constante superación de la cárcel y, mientras tanto, el de una drástica reducción de la pena de prisión basándose en una serie de principios y estrategias que deberían inspirar una política penal racional y respetuosa de los derechos humanos (?). La cárcel funda su intacta supervivencia, justamente en la impunidad de las violaciones de los derechos que ocurren dentro sus muros, y en la indiferencia de la opinión pública y de los medios de información. No es solamente una institución segregadora sino que es también una institución segregada, es decir marginada por el interés, la visibilidad y la atención del mundo exterior (Prefacio, Luigi Ferrajoli). Vivimos un proceso de bulimia penal que ha sido, y sigue siendo, el resultado de una miopía política que siempre ha estado orientado hacia la frenética búsqueda de consenso por parte de la sociedad que, insegura a nivel social, proyecta sus miedos sobre potenciales agresores y pide más penas, más cárcel, casi encerrando sus contradicciones detrás de una pared infranqueable. El resultado concreto es la drástica reducción de derechos, hasta la exclusión social de los individuos más problemáticos o percibidos como perturbadores y su resultado cultural es la afirmación de una lógica binaria del tipo “amigo/ enemigo” como analgésico para no leer los problemas complejos que requerirían enfoques multidisciplinares (Epílogo, Mauro Palma). Una decidida política de derechos humanos, no puede seguir dando la espalda a un amplio conjunto de Derecho internacional de los derechos humanos que debe ser la auténtica guía que oriente la producción normativa y las prácticas institucionales. La falta de compromiso en la ejecución de las Recomendaciones internacionales que emanan de las Organizaciones e Instituciones cuya competencia ha sido aceptada por los Estados miembros, constituye una prueba palmaria de la desobediencia gubernamental al orden jurídico internacional.