Derecho

En los últimos doce o quince años se han publicado docenas de trabajos nuevos, muchos de ellos interesantes y de autores muy importantes, replanteando muchas de las cuestiones que estaban ya más o menos zanjadas por la teoría anterior de la representación y, en algunas ocasiones, siendo incluso heréticos respecto a sus propios fundamentos. En medios de esta oleada de replanteamientos, era cuestión de tiempo que alguien desafiara otro de los mitos más estables y extendidos de la representación moderna, la prohibición del mandato imperativo. Nuestras democracias son cada vez más exigentes con respecto a los representantes en el desempeño de sus funciones, y la presión popular por reducir, que no por eliminar el altísimo grado de independencia del que han disfrutado nuestros representantes en los últimos dos siglos han abierto el debate y han permitido la introducción en diversos lugares del mundo de algunas técnicas próximas al mandato. Pero la teoría de la representación todavía no ha discutido suficientemente estas cuestiones. Por ello, una aportación como la que realiza Felipe Reyes en este pequeño libro es fundamental como primer paso en el planteo teórico de estas cuestiones. Sólo por esta razón, ya tendríamos que celebrar la publicación de este libro y recomendar su lectura.