Soon after Robert Iger took over as CEO of the Walt Disney Company in late 2005, he turned his attention toward Pixar, the animation studio with which Disney had worked since 1991 and was responsible for producing hits such as Toy Story and Finding Nemo. Disney's own animated film business had been in decline since Jeffrey Katzenberg left to establish rival studio Dreamworks and the business relied on revenue from its partnership with Pixar to maintain performance. With the Co-Production Agreement between the two studios coming to a close in 2006, Pixar was looking to negotiate better terms with another distribution partner. Could Disney risk losing them?

Poco después de que Robert Iger asumiera el cargo de CEO de Walt Disney Company a fines de 2005, dirigió su atención a Pixar, el estudio de animación con el que Disney había trabajado desde 1991 y fue responsable de producir éxitos como Toy Story y Finding Nemo. El propio negocio de películas de animación de Disney había estado en decadencia desde que Jeffrey Katzenberg partió para establecer el estudio rival Dreamworks y el negocio dependía de los ingresos de su asociación con Pixar para mantener el rendimiento. Con el acuerdo de coproducción entre los dos estudios que se cerró en 2006, Pixar buscaba negociar mejores condiciones con otro socio de distribución. ¿Podría Disney arriesgarse a perderlos?