Conflicto armado en Colombia y producción agrícola : ¿aprenden los pequeños productores a vivir en medio del conflicto? / | |
Autor: | Arias, María Alejandra. |
Otros Autores: | Ibáñez, Ana María . |
Tema(s): | |
Resumen: | El objetivo de este artículo es investigar la relación entre el conflicto armado y la producción agropecuaria de los pequeños productores colombianos. El efecto de la violencia se desagrega entre los impactos directos (choques violentos) e indirectos (presencia de grupos armados). Las estimaciones muestran que el efecto del conflicto trasciende los impactos directos, pues el control y la presencia de los grupos armados causan miedo e incertidumbre a los hogares, generando modificaciones en sus decisiones productivas. Los hogares que viven en veredas con una alta incidencia de la violencia asignan 19.3 puntos porcentuales menos a cultivos permanentes, 13.7 puntos porcentuales más a transitorios y 14.6 puntos porcentuales más a pastos. La presencia de grupos armados no está relacionada con la decisión de uso de la tierra para cultivos permanentes, pero sí con los transitorios y pastos. Hogares que viven en veredas en las cuales los grupos armados han estado presentes cuatro y seis años de presencia están relacionados con un mayor porcentaje de tierras asignado a pastos de 7.7 y 7.3 puntos porcentuales, respectivamente. Bajo conflicto armado, los hogares se dedican a cultivos de menor rentabilidad e inviertan menos en el predio, generando así menores ingresos. Así, las políticas públicas de posconflicto deben ir más allá de la reconstrucción y restitución de activos. Es fundamental generar condiciones favorables para reducir la incertidumbre, mejorar el imperio de la ley y fortalecer la confianza en el Estado. |
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Economía
El objetivo de este artículo es investigar la relación entre el conflicto armado y la producción agropecuaria de los pequeños productores colombianos. El efecto de la violencia se desagrega entre los impactos directos (choques violentos) e indirectos (presencia de grupos armados). Las estimaciones muestran que el efecto del conflicto trasciende los impactos directos, pues el control y la presencia de los grupos armados causan miedo e incertidumbre a los hogares, generando modificaciones en sus decisiones productivas. Los hogares que viven en veredas con una alta incidencia de la violencia asignan 19.3 puntos porcentuales menos a cultivos permanentes, 13.7 puntos porcentuales más a transitorios y 14.6 puntos porcentuales más a pastos. La presencia de grupos armados no está relacionada con la decisión de uso de la tierra para cultivos permanentes, pero sí con los transitorios y pastos. Hogares que viven en veredas en las cuales los grupos armados han estado presentes cuatro y seis años de presencia están relacionados con un mayor porcentaje de tierras asignado a pastos de 7.7 y 7.3 puntos porcentuales, respectivamente. Bajo conflicto armado, los hogares se dedican a cultivos de menor rentabilidad e inviertan menos en el predio, generando así menores ingresos. Así, las políticas públicas de posconflicto deben ir más allá de la reconstrucción y restitución de activos. Es fundamental generar condiciones favorables para reducir la incertidumbre, mejorar el imperio de la ley y fortalecer la confianza en el Estado.
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