Derecho

El presente libro está escrito con una técnica metodológica, sencilla, clara y didáctica, ilustrado con mapas conceptuales, flujo gramas y con fundamentos jurisprudenciales y doctrinales que soportan las opiniones de la autora; cada capítulo empieza con unas consideraciones preliminares que explican su agenda temática y termina con lo que he llamado autoevaluación", como un simple ejercicio mental y factor de motivación en el proceso enseñanza-aprendizaje, que implica la lectura y comprensión de cualquier texto. Tratando de encontrar un orden lógico y metodológico en la enseñanza de este texto, decidí seguir los llamados "problemas generales" de la Teoría General de la Prueba, planteados por Eduardo J. Couture, antes insinuados por Eduardo Bonnier y Carlos Lessona; en otras palabras, hacer más amable y por ende entendible para el discente un tema que, trazado de otra forma dificultaría no sólo su enseñanza sino su aprendizaje. Me refiero a los siguientes problemas jurídicos. ¿Qué es probar?, ¿para qué se prueba dentro del proceso?, ¿cómo se prueba?, ¿quién prueba?, ¿cómo se valoran las pruebas?; finalmente, las pruebas en el sistema internacional. Contemplando en cada uno de estos interrogantes, diferentes variables, que impone el desdoblamiento de distintos tópicos actuales, interesantes, apoyados en jurisprudencias eje central del presente libro de la Corte Constitucional, Corte Suprema de Justicia y Consejo de Estado y que tienen que ver con la realidad política, económica, social y cultural del país. En la medida en que el abogado trabaja primordialmente con la prueba por cuanto ella es la filosofía y esencia del derecho, es lógico que fracase, si no puede probar, o si acude a la prueba de manera deficiente; por lo anterior, este libro tiene la pretensión que su lector sea no sólo un estudiante de derecho, sino también un abogado, cualesquiera fuere su ejercicio profesional.