Arquitectura

Civil

En los últimos años he orientado mi actividad profesional, casi exclusivamente hacia el campo de las actuaciones periciales en la arquitectura y el urbanismo. Siempre he procurado que la lectura de los informes técnicos sea fácil y amena, aun tratando cuestiones técnicas complejas, con el propósito de que puedan ser entendidos no solo por técnicos, sino también por lo que no lo son, en especial por los jueces y magistrados, así como por otros profesionales del derecho y por el particular que los encarga. En los informes periciales del ámbito arquitectónico o edificatorio se tratan, sobre todo, los defectos en la edificación recientemente terminado o rehabilitado. Aparte de los apartados puramente técnicos, se entra también en el estudio del tipo de vicio causante de la patología, diferenciando cuatro clases: vicios de proyecto, de dirección mediata, de dirección inmediata y de ejecución; así como una quinta, menos usual: la de los vicios de promoción, dados cuando, sin existir defectos constructivos o de diseño, la calidad de lo construido es inferior a la que se acordó entre el promotor y los compradores. Tal estudio puede ser de particular interés de una manera directa para los técnicos redactores de proyectos y directores de obra y de ejecución, aunque no sean peritos, así como para los contratistas en general; y, de una manera indirecta, para las compañías aseguradoras de todos ellos, pues en nuestros juzgados se deja ver fácilmente cuánta confusión reina en este tipo de contenciosos, y cuán injustamente se puede sentenciar por no haber asentado las partes sus ar4gumentos sobre base firme. Creí, por los comentarios de mis colegas técnicos, peritos y no peritos, no solo arquitectos y arquitectos técnicos sino también ingenieros, que si estos informes periciales se publicaran, les serían de utilidad a eso0s colectivos; no tanto, entiendo, por los asuntos y cuestiones concretas en ellos tratados, cuanto por mostrar una guía de trabajo a los peritos, y un código de actuación a los técnicos que no son peritos, fruto de un conocimiento más exacto de los límites del campo de sus atribuciones profesionales, y por tanto de sus responsabilidades.