Arquitectura

Artesanía y ciudad. Marginada del panorama internacional durante dos largas décadas, la arquitectura italiana regresa con fuerza, buscando en el trabajo artesanal y la relación con la historia y los contextos urbanos alternativas a los modos convencionales y mediáticos de la globalización.

La diversidad italiana está presente tanto generacional como geográficamente en la nómina de las ocho obras aquí seleccionadas. Piano y Fuksas, los dos únicos maestros italianos con un indiscutible arraigo internacional, están representados, respectivamente, por la exquisita ampliación del Museo Kimbell en Fort Worth (Texas) y por el biomórfico aeropuerto de Shenzhen. Los seis edificios restantes corresponden a italianos en Italia: la silente escuela de agricultura de Werner Tscholl en Burgusio; la expresionista sede de Salewa construida por Cino Zucchi en Bolzano; las oficinas para los juzgados en Venecia de Cappai Segantini, que hacen las veces de nueva puerta a la ciudad; la Fundación Mast en Bolonia, concebida por Labics con sus dos grandes rampas que dan continuidad al espacio público; la telúrica bodega para Marchesi Antinori, cubierta de viñedos y erigida por Archea Associati en las laderas del Chianti toscano; y, finalmente, el cementerio de Gubbio, de Andrea Dragoni, con sus plazas que recortan el cielo a la manera de las instalaciones de James Turrell.