Tipo: materialTypeLabelTesis - Trabajo de Grado CD
Ubicación Física: TCD / 720 / J61l

Ludoteca para el barrio Julio Flórez [Recurso electrónico] /

Autor: Jiménez Molano, Magda.
Otros Autores: Alvarez de la Roche, Carlos, ( director ) ; Villarraga Vanegas, Sandra.
Pié de imprenta: Bogotá : Universidad Católica de Colombia, 2004.
Descripción: 1 CD-Rom il. ; versión en Word.
Tema(s):
Resumen: Es esencial que para el desarrollo cultural, pedagógico y educativo del ser humano desde su niñez, el buen desempeño de actividades especificas y por ende lugares y construcciones destinadas a usos específicos; como es el caso de la Ludoteca para el barrio Julio Florez, ubicado en la Avenida 68 con Calle 95, y que tiene como objetivo permitir que la comunidad del sector cuente con un espacio que le permita suplir con las necesidades de esparcimiento Lúdico por así determinar un nombre para las actividades que allí se van a desarrollar. Con anterioridad se ha elaborado un estudio social, económico y estadístico del sector para así determinar a que tipo de público esta dirigido el proyecto; y se ha determinado grupos de trabajo específicos que son los niños entre 2 años y 10 años, y de donde se concluye tres subgrupos por las diferentes edades y los que originan juegos y espacios específicos de acción, entre ellos tenemos: La Ludoteca puede tener múltiples objetivos; puede querer responder a necesidades muy diferentes, pero para diferenciarse bien de los demás servicios brindados a las familias y a sus niños, debe ante todo dar prioridad al juego libre. Juego libre no es sinónimo de descuido, ni de no-intervención, ni de libertad sin freno o de falta de respeto hacia los demás. El juego libre, en el contexto de la Ludoteca, esta relacionado más bien a una forma de flexibilidad y de espontaneidad que debería reflejar una cierta autonomía del niño frente al material de juego de su elección. Esta autonomía le permite tomar distancia frente al adulto, quien se convierte entonces en un observador atento, una persona clave eficaz, pero discreta. Cuando el adulto no es el animador esencial de un juego colectivo, puede implicarse por momentos en el juego, pero es importante que evaluara bien su rol y su participación respetando ante todo la acción del niño. Esta filosofía de libertad en el juego debe respetar el ritmo lúdico de cada niño; este puede decidir no terminar su actividad al mismo tiempo que los a demás, modificar el uso habitual de un juego para darle otras funciones o inventar nuevas reglas. Existen diferentes maneras de aplicar este enfoque espontáneo de la actividad lúdica incluso con los niños más grandes. Esta visión del juego no tiene nada de nuevo, pertenece al mundo infantil desde hace muchas generaciones. Sin embrago con frecuencia se tiende a olvidar los beneficios del placer de jugar por jugar a favor de los objetivos más inmediatos del juego didácticos definidos por los pedagogos; la obligación de aprender, memorizar, reconocer, nombrar conceptos precisos y predeterminados parece oponerse al placer de aprender espontáneamente estas mismas cosas. La Ludoteca tiene por función valorizar el juego en la vida del niño. Se preocupa también por hacer conocer a los adultos y a los educadores la importancia de la actividad lúdica durante las etapas del desarrollo infantil difundiendo información a las familias y a los docentes. ­ Jugar por el placer de jugar con o sin juguetes pero poder jugar. Si el juego es una expresión cultural, la familia podría ser el mejor marco para practicarlo. De hecho casi todos los niños desean jugar con sus padres. Pero basta preguntar a padres e hijos para averiguar que son pocos los padres que juegan algunas veces con sus hijos y todavía menos los que juegan regularmente con ellos. Generalmente ni los padres juegan sus hijos en las casas ni las familias potencian y favorecen el contacto niño - juguete, por que están saturadas por las mass media y por las evasiones semanales y anuales. Una segunda razón es que el diálogo niño - juguete exige un espacio más grande del que normalmente se le dedica dentro de la casa. Son pocos los niños que disponen dentro de la casa de un lugar apto para el juego, habitualmente ni su habitación cumple esta función, tanto por su reducido espacio como por estar concebida más para dormir que para jugar. Una tercera razón es que frecuentemente la dimensión cultural del juego escapa a la atención y competencia de los padres, que conocen solamente la publicidad que de los juguetes hacen los propios fabricantes y a veces deforman más que informan, atribuyendo al producto valores educativos que no posee. En las Ludotecas los niños encontrarán el espacio de juego que quizá les falte en sus casas, compañeros de juego de la misma edad y quizás a sus propios padres o a otros adultos con los que puedan jugar. (Tomado de la fuente).

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Tesis - Trabajo de Grado CD Tesis - Trabajo de Grado CD Sede Cra 13 Biblioteca Central (Cr 13)- Colección de Monografías y Trabajos de Grado TCD 720 / J61l (Navegar estantería(Abre debajo)) Ej. 1 Disponible 84410

Trabajo de grado Arquitecto Universidad Católica de Colombia. Facultad Arquitectura. Programa de Diseño

Arquitectura

Es esencial que para el desarrollo cultural, pedagógico y educativo del ser humano desde su niñez, el buen desempeño de actividades especificas y por ende lugares y construcciones destinadas a usos específicos; como es el caso de la Ludoteca para el barrio Julio Florez, ubicado en la Avenida 68 con Calle 95, y que tiene como objetivo permitir que la comunidad del sector cuente con un espacio que le permita suplir con las necesidades de esparcimiento Lúdico por así determinar un nombre para las actividades que allí se van a desarrollar. Con anterioridad se ha elaborado un estudio social, económico y estadístico del sector para así determinar a que tipo de público esta dirigido el proyecto; y se ha determinado grupos de trabajo específicos que son los niños entre 2 años y 10 años, y de donde se concluye tres subgrupos por las diferentes edades y los que originan juegos y espacios específicos de acción, entre ellos tenemos: La Ludoteca puede tener múltiples objetivos; puede querer responder a necesidades muy diferentes, pero para diferenciarse bien de los demás servicios brindados a las familias y a sus niños, debe ante todo dar prioridad al juego libre. Juego libre no es sinónimo de descuido, ni de no-intervención, ni de libertad sin freno o de falta de respeto hacia los demás. El juego libre, en el contexto de la Ludoteca, esta relacionado más bien a una forma de flexibilidad y de espontaneidad que debería reflejar una cierta autonomía del niño frente al material de juego de su elección. Esta autonomía le permite tomar distancia frente al adulto, quien se convierte entonces en un observador atento, una persona clave eficaz, pero discreta. Cuando el adulto no es el animador esencial de un juego colectivo, puede implicarse por momentos en el juego, pero es importante que evaluara bien su rol y su participación respetando ante todo la acción del niño. Esta filosofía de libertad en el juego debe respetar el ritmo lúdico de cada niño; este puede decidir no terminar su actividad al mismo tiempo que los a demás, modificar el uso habitual de un juego para darle otras funciones o inventar nuevas reglas. Existen diferentes maneras de aplicar este enfoque espontáneo de la actividad lúdica incluso con los niños más grandes. Esta visión del juego no tiene nada de nuevo, pertenece al mundo infantil desde hace muchas generaciones. Sin embrago con frecuencia se tiende a olvidar los beneficios del placer de jugar por jugar a favor de los objetivos más inmediatos del juego didácticos definidos por los pedagogos; la obligación de aprender, memorizar, reconocer, nombrar conceptos precisos y predeterminados parece oponerse al placer de aprender espontáneamente estas mismas cosas. La Ludoteca tiene por función valorizar el juego en la vida del niño. Se preocupa también por hacer conocer a los adultos y a los educadores la importancia de la actividad lúdica durante las etapas del desarrollo infantil difundiendo información a las familias y a los docentes. ­ Jugar por el placer de jugar con o sin juguetes pero poder jugar. Si el juego es una expresión cultural, la familia podría ser el mejor marco para practicarlo. De hecho casi todos los niños desean jugar con sus padres. Pero basta preguntar a padres e hijos para averiguar que son pocos los padres que juegan algunas veces con sus hijos y todavía menos los que juegan regularmente con ellos. Generalmente ni los padres juegan sus hijos en las casas ni las familias potencian y favorecen el contacto niño - juguete, por que están saturadas por las mass media y por las evasiones semanales y anuales. Una segunda razón es que el diálogo niño - juguete exige un espacio más grande del que normalmente se le dedica dentro de la casa. Son pocos los niños que disponen dentro de la casa de un lugar apto para el juego, habitualmente ni su habitación cumple esta función, tanto por su reducido espacio como por estar concebida más para dormir que para jugar. Una tercera razón es que frecuentemente la dimensión cultural del juego escapa a la atención y competencia de los padres, que conocen solamente la publicidad que de los juguetes hacen los propios fabricantes y a veces deforman más que informan, atribuyendo al producto valores educativos que no posee. En las Ludotecas los niños encontrarán el espacio de juego que quizá les falte en sus casas, compañeros de juego de la misma edad y quizás a sus propios padres o a otros adultos con los que puedan jugar. (Tomado de la fuente).

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